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Estrés y bruxismo: ¿cómo puede la gestión del estrés salvar tus dientes?

Cada vez oímos hablar más del bruxismo, el fenómeno que nos hace apretar o rechinar los dientes. Sin embargo, pocas personas son conscientes de la estrecha relación que existe entre el estrés y el bruxismo. Esta actividad parafuncional bucal no es un simple reflejo: a menudo es el resultado de tensiones mandibulares ligadas al estilo de vida moderno. Descubramos juntos cómo detectar los signos, comprender las causas y limitar las consecuencias para la salud bucodental mediante una mejor gestión del estrés.

Entender el bruxismo y sus síntomas

El bruxismo se refiere a cualquier rechinamiento o apretamiento involuntario de los dientes, generalmente fuera de los periodos normales de masticación. Estos movimientos repetitivos, conocidos como actividades parafuncionales orales, se producen principalmente durante el sueño, pero también con frecuencia durante el día, cuando hay tensión.

Para muchas personas, esta afección pasa desapercibida durante mucho tiempo, ya que no siempre provoca ruidos que puedan alertar a quienes les rodean. Sin embargo, el apretamiento de la mandíbula y de los dientes puede crear un auténtico círculo vicioso, contribuyendo a agravar el estrés. Con el tiempo, esta situación no tratada puede provocar diversos síntomas y complicaciones dentales.

¿Cuáles son las causas y los síntomas del bruxismo?

Innumerables estudios apuntan a una causa principal del bruxismo: el estrés psicológico o emocional. Pero también entran en juego otros factores, lo que hace que el diagnóstico sea a veces complejo. Algunas personas reaccionan a la ansiedad o a la presión cotidiana con una actividad parafuncional oral, como rechinar o apretar los dientes.

Saber reconocer las señales que envía el cuerpo es esencial para prevenir consecuencias perjudiciales. Las sensaciones de dolor o fatiga en los músculos de la masticación, así como el dolor de mandíbula al despertarse, son indicadores clave. A largo plazo, el desgaste e incluso la movilidad de los dientes parecen ser síntomas frecuentes en las personas afectadas por el bruxismo.

¿Cuáles son las señales de alarma?

La aparición de dolor en la mandíbula, el aumento de la sensibilidad de los dientes al frío y al calor o los dolores de cabeza persistentes deben motivar una visita al dentista. Muchas personas notan desgaste dental, a veces acompañado de pequeñas fracturas o una reducción visible de la altura de los dientes, sobre todo de los molares.

Los profesionales también observan una serie de comportamientos típicos: la mandíbula suele estar excesivamente tensa, con los labios proyectándose hacia delante, las articulaciones chasqueando entre sí y una sensación de incomodidad al abrir la boca. Todos estos elementos juntos indican una actividad parafuncional oral prolongada.

¿Cómo diferenciar el bruxismo diurno del nocturno?

El bruxismo diurno se produce principalmente durante periodos de estrés crónico o concentración intensa. Se acompaña de una tensión consciente o inconsciente de la mandíbula. Se diferencia ligeramente del bruxismo nocturno, que se produce principalmente durante la fase REM del sueño y a veces provoca ruidos audibles de rechinamiento.

Aunque la causa principal sea el estrés, hay otras circunstancias que amplifican el fenómeno: trastornos del sueño, consumo excesivo de cafeína o toma de medicamentos específicos. Identificar el tipo de bruxismo permite adoptar un enfoque adaptado para reducir progresivamente la intensidad de los síntomas.

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Gestión del estrés: una solución real para proteger los dientes

La prevención se basa en gran medida en la gestión activa del estrés. Existen soluciones prácticas para limitar y anticipar las reacciones musculares ligadas a la ansiedad. Cuidar el estilo de vida contribuye en gran medida a proteger los dientes contra el desgaste mecánico y el dolor asociado a la tensión prolongada.

Entre los métodos reconocidos se encuentran la relajación profunda, la meditación de atención plena y la práctica regular de yoga, que favorecen la relajación muscular general. Estos enfoques ofrecen una serie de beneficios, desde la reducción de la frecuencia del rechinar de dientes hasta una mejora significativa de la calidad del sueño, limitando así la actividad parafuncional oral.

¿Qué otras técnicas antiestrés son eficaces?

Existen varios mecanismos para romper la cadena desencadenada por el estrés:

  • Evite el consumo excesivo de estimulantes (café, té, bebidas energéticas).
  • Adopte una rutina relajante antes de acostarse (baño caliente, lectura tranquila).
  • Utiliza un enfoque sofrológico o cognitivo-conductual para gestionar las emociones negativas de forma más eficaz.
  • Ejercicios regulares de estiramiento facial y mandibular para aliviar la tensión de la mandíbula.
  • Aplicar una buena higiene del sueño: horarios fijos, un entorno tranquilo, limitar el uso de pantallas por la noche.

El uso de un aparato bucal oclusal prescrito por un cirujano dentista también preserva la integridad dental: protege eficazmente contra el desgaste de los dientes al tiempo que reduce la intensidad del apretamiento. Este dispositivo, combinado con un seguimiento médico para controlar el dolor mandibular, limita en gran medida las consecuencias físicas del bruxismo.

Bruxismo: ¿qué consecuencias tiene no tratarlo?

No tratar la enfermedad conlleva una serie de riesgos:

  • Desgaste acelerado del esmalte que provoca hipersensibilidad o problemas estéticos.
  • Dolor crónico de mandíbula, empeoramiento de los dolores de cabeza y fatiga muscular.
  • Trastornos de la articulación temporomandibular, incluso riesgo de artrosis prematura en algunos sujetos.

Las complicaciones aumentan a medida que se aprietan y rechinan los dientes. Algunas personas llegan a desarrollar fisuras profundas que requieren costosas restauraciones protésicas.

Preguntas frecuentes sobre el estrés y el bruxismo

¿El bruxismo está siempre relacionado con el estrés?

El estrés es una de las principales causas del bruxismo, pero no la única. Ciertos trastornos del sueño, el consumo de estimulantes y factores genéticos también influyen en el desarrollo de la actividad parafuncional oral. Sin embargo, mantener bajo control los niveles de estrés ayuda a conseguir una notable mejoría en la gran mayoría de los afectados.

  • Factores psicológicos: ansiedad, conflictos emocionales, exceso de trabajo.
  • Componente fisiológico: trastornos neurológicos o metabólicos.
  • Influencias externas: café, medicación, adicciones.

¿Cuáles son las formas sencillas de detectar un problema de bruxismo?

Ciertos signos indican claramente la presencia de un problema de apretamiento o rechinamiento de los dientes. El dolor persistente de mandíbula, el deterioro notable o inusual de los dientes y la fatiga facial tras levantarse por la mañana son indicios que deben explorarse rápidamente. Las revisiones dentales periódicas facilitan el diagnóstico precoz y señalan el camino hacia una solución adecuada.

  • Examinar el estado de la superficie de los dientes (grietas, erosión, plataformas de desgaste).
  • Pregunta a la gente de tu entorno si hay ruidos nocturnos.
  • Evaluar la frecuencia de los despertares debidos al dolor mandibular.

Una vez diagnosticado el bruxismo, ¿qué tratamiento es el mejor?

Además de la gestión del estrés, la colocación de una férula nocturna de resina es una forma eficaz de amortiguar la fuerza ejercida sobre los dientes y aliviar el dolor mandibular. Para las personas propensas a episodios intensos, el apoyo multidisciplinar que combina el seguimiento dental y las técnicas de relajación ofrece muy buenos resultados.

  1. Evaluación inicial por un cirujano dental.
  2. Aplicación de soluciones de relajación o reeducación maxilofacial.
  3. Colocación de una boquilla y adaptación de los hábitos diarios.

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